Donald Trump solo ha necesitado un día como presidente de Estados Unidos para declarar la guerra a la prensa.
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Donald Trump solo ha necesitado un día como presidente de Estados Unidos para declarar la guerra a la prensa. La razón: las imágenes publicadas en las que se comparan las personas que acudieron a la investidura de Trump con las que asistieron a la de Barack Obama en 2009, visiblemente mucho más numerosas.
Trump ha respondido diciendo que los periodistas “están entre los seres humanos más deshonestos de la tierra” por mostrar imágenes de “un terreno en el que prácticamente no había nadie” a pesar de que, en su opinión, allí “parecía” haber entre un millón y un millón y medio de personas.
“Guau. Acaban de publicarse las audiencias: 31 millones de personas siguieron la investidura, 11 millones más que hace cuatro años”, dice Trump en un tuit.
Wow, television ratings just out: 31 million people watched the Inauguration, 11 million more than the very good ratings from 4 years ago!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 22 janvier 2017
En la misma línea se ha expresado el nuevo portavoz de la Casa Blanca.
“Nunca antes hubo tanto público en una investidura (…) Estos intentos de minimizar el entusiasmo de la investidura son vergonzosos”, aseguró Sean Spicer en la que era su primera comparecencia ante los medios.
El flamante presidente ha desdeñado, sin embargo, las masivas protestas contra él del sábado al preguntar por qué toda esa gente no acudió a votar en las presidenciales del 8 de noviembre.
“Vi las manifestaciones de ayer, pero tengo la impresión de que acabamos de celebrar unas elecciones. ¿Por qué esa gente no acudió a votar? Los famosos han dañado gravemente la causa”, afirmó Trump en un tuit.
Watched protests yesterday but was under the impression that we just had an election! Why didn't these people vote? Celebs hurt cause badly.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 22 janvier 2017
Las llamadas “Marchas de las Mujeres” movilizaron a alrededor de dos millones de personas en las principales ciudades del país, desde Washington, con medio millón de asistentes, a Atlanta, pasando por Nueva York, Chicago o Los Ángeles.