El 38 aniversario de la Revolución iraní se ha convertido en una demostración de fuerza frente a la política hostil del presidente estadounidense, Donald Trump.
El 38 aniversario de la Revolución iraní se ha convertido en una demostración de fuerza frente a la política hostil del presidente estadounidense, Donald Trump. Millones de iraníes han salido a la calle para celebrar la revolución islámica de 1979. En Teherán, en la plaza Azadi, que significa libertad, algunos manifestantes portaban pancartas con el eslogan “Muerte a Estados Unidos”.
El presidente iraní, Hasán Rohani, ha pedido respeto hacia su pueblo, señalando que todo aquel que se dirija a los iraníes con un lenguaje amenazante, se arrepentirá.
“En Estados Unidos, hay quien llega por primera vez al poder. Todo aquel que amenace a nuestro Gobierno o nuestras Fuerzas Armadas, debe saber que nuestro pueblo está unido, vigilante y resistirá a los enemigos hasta el final”, ha dicho.
Desde la llegada al poder de Donald Trump, la tensión no ha parado de crecer entre Washington y Teherán. El nuevo inquilino de la Casa Blanca ha criticado el acuerdo nuclear logrado en 2015 entre Irán y las grandes potencias, ha impuesto nuevas sanciones al régimen de los ayatolás tras un ensayo de un misil, e incluyó a los iraníes en el veto migratorio.