El Gobierno griego ha prometido no volver a la austeridad.
PUBLICIDADEl Gobierno griego ha prometido no volver a la austeridad. Pero las reformas adicionales a las que se ha comprometido con los acreedores a cambio de retomar la evaluación del programa de rescate han sacado este martes a 5.000 personas a las calles del centro de Atenas. Medidas que entrarán en vigor a partir de 2019, acordadas con el Eurogrupo y que afectan a pensiones, fiscalidad y mercado laboral y que suponen un nuevo mazazo tras siete años de crisis y tres rescates.
“Todas las nuevas medidas acordadas con los acreedores acabarán con la vida de los trabajadores ordinarios”, dice un manifestante.
“Esta protesta debe hacer que la gente se dé cuenta de que debe organizarse y luchar porque es la clase obrera la que se enfrenta a los problemas más graves”, explica una mujer.
Con esta nueva tanda de medidas Grecia logrará el regreso de los acreedores para concluir la evaluación del rescate, de la que depende un desembolso de 6.100 millones de euros, más o menos la misma cantidad que el país deberá devolver en verano a los acreedores por el vencimiento de su deuda.
Según el profesor de economía Panayotis Petrakis “hay consecuencias negativas para toda la economía griega por el retraso de la evaluación. Deberíamos por todos los medios completar las negociaciones con los acreedores tan pronto como sea posible para crear esperanza y atraer la inversión del extranjero”.
Euronews, Stamatis Giannsis: “A pesar de las mejoras en el perfil macroeconómico del país, la reducción de salarios y pensiones, los altos niveles de desempleo y las bajas tasas de crecimiento muestran que el camino para a salir de la crisis sigue siendo largo y arduo”.