La decisión de la primera ministra británica de convocar elecciones anticipadas marca el primer gran cambio de rumbo político de su ejecutivo.
PUBLICIDADLa decisión de la primera ministra británica de convocar elecciones anticipadas marca el primer gran cambio de rumbo político de su ejecutivo.
Aunque llegó a negar hasta tres veces esa posibilidad, Theresa May asegura que no tiene otra opción y que no está dispuesta a dejar que los laboristas pongan en peligro las negociaciones del Brexit.
Lo cierto es que el escenario actual se prestaba para este seísmo político: los laboristas están en plena debacle, la primera ministra escocesa prepara un nuevo combate por la independencia y los partidos favorables a permanecer en la UE están al quite para golpear en la línea de flotación a las formaciones euroescépticas…
La decisión de May, que debe ser aprobada este miércoles por una mayoría de dos tercios en el Parlamento, llega en plena crisis de popularidad de Jeremy Corbin. El líder laborista sigue en el punto de mira de parte de sus correligionarios, que consideran que sus políticas izquierdistas tienen pocas posibilidades de seducir al electorado.
Actualmente, los conservadores tienen una frágil mayoría de 17 escaños en el Parlamento, y los últimos sondeos de opinión le dan más de 20 puntos de ventaja sobre los laboristas, suficiente para reforzar su posición de cara a las negociaciones del brexit.
Las reacciones se han sucedido tras el anuncio de May. Una de las más significativas ha sido la de la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, que ha hablado de un cálculo político destinado a imponer un brexit duro y nuevos recortes presupuestarios.
Las dos mandatarias tampoco están de acuerdo sobre la mejor fecha para organizar un segundo referéndum sobre la independencia en Escocia; Sturgeon pedía que se celebrase antes de 2019, pero el anuncio sorpresa de May podría cambiar las cosas.