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El Congreso español acoge este martes la tercera moción de censura desde el restablecimiento de la democracia. Al igual que las otras dos, la aritmética parlamentaria augura que la iniciativa está condenada al fracaso… y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, está mucho más tranquilo que la oposición, donde reina el desconcierto desde que hace tres semanas Podemos anunció por sorpresa su intención de activar el mecanismo parlamentario para hacer caer al Gobierno.
La formación de izquierda populista ni siquiera había consultado al resto de fuerzas políticas, cuyo apoyo es imprescindible para que la iniciativa prospere. Hay quien cree que el objetivo de Pablo Iglesias era dividir al PSOE en un momento de extrema debilidad. Ironías de la política, la moción puede ser un bumerán para Podemos, cuya ala izquierda acaba de marcar distancias con Iglesias al apoyar el referéndum de independencia de Cataluña.