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La Torre Grenfell amanecía este jueves todavía envuelta en humo. Los bomberos seguían a primera hora de la mañana evaluando los daños causados por el terrible incendio que arrasó el edificio en la madrugada del miércoles. Al menos 12 personas murieron y 34 continúan hospitalizadas, 18 de ellas se encuentran en estado crítico. Las autoridades han advertido de que en las próximas horas el balance de víctimas mortales podría aumentar.
Varios vecinos de la torre siguen desparecidos. Los testigos del incendio recuerdan, angustiados, lo ocurrido.
“Las llamas salían por la ventana, recorrían todo el edificio. En las ventanas había mucha gente, madres y padres con sus niños pidiendo ayuda, gritaban desesperados para que alguien los ayudase”, explica una joven.
“Empezamos a ver partes del edificio cayendo y, de repente, uno de mis amigos me dijo que había gente saltando. Pero yo no estaba seguro, estaba muy nervioso. Lo que sí pude ver es cómo la gente gritaba, gritaba sin parar”, recuerda un chico.
Varias asociaciones de vecinos aseguran haber transmitido hace tiempo a las autoridades sus temores sobre la seguridad de la torre. La primera ministra británica, Theresa May, ha prometido
una investigación para esclarecer las causas del siniestro.