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Corea del Norte no da su brazo a torcer, bien al contrario. El lanzamiento el martes, de un misil de la serie Hwasong-12 que sobrevoló territorio japonés no es más que el preludio de nuevos ensayos. La agencia oficial del régimen norcoreano, citando palabras atribuidas a Kim Jong-un, ha señalado que el lanzamiento “es el primer paso” de una serie de ejercicios en el Pacífico “que incluyen” la isla estadounidense de Guam.
En Pekín, principal aliado de Piongyang, crece la preocupación.
“Hay otro aspecto importante en relación con el Consejo de Seguridad, y en esto también existe el consenso de los 15 países miembros, que es persistir en los métodos pacíficos y diplomáticos para resolver el tema del programa nuclear en la península (de Corea), hacer un llamamiento para la reanudación del diálogo tan pronto como sea posible. Especialmente, a través de las negociaciones a seis bandas, y pedir a todas las partes que no continúen con las acciones que hacen que la situación sea aún más tensa”, según ha manifestado el ministro de Exteriores chino, Wang Yi.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó una resolución de condena para que Corea del Norte detenga el lanzamiento de misiles y pare su programa nuclear.
Estados Unidos va aumentando el tono de sus amenazas y, a decir de Trump, mantiene “todas las opciones sobre la mesa”. Por su parte, Japón quiere dotarse del sistema de radares Spy-6 estadounidense y disponer de un sistema operativo de defensa contra los misiles balísticos, una versión en tierra de la plataforma Aegis.
Con Reuters, AFP