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La tormenta tropical Harvey amaneza con sembrar el caos en Luisiana, tras dejar una estela de muerte y destrucción en Texas. Con vientos máximos de 75 kilómetros por hora, se desplaza hacia el norte y se espera que vaya perdiendo fuerza en las próximas horas. Los cinco días de lluvias torrenciales sobre Texas han dejado un paisaje desolador con zonas residenciales convertidas en auténticos lagos. Decenas de miles de personas han tenido que ser evacuadas y los equipos de rescate continúan una lucha contrarreloj para socorrer a más afectados en Houston. Las autoridades han anunciado que un total de 24.000 soldados de la Guardia Nacional serán desplegados en Texas para colaborar en las tareas de emergencia, rescate y ayuda a los afectados.
“Soy médico y esto es lo que hago para ganarme la vida. Voy donde hay necesidad para ayudar”, dice el voluntario Essam Girgawy.
El paso de “Harvey” ha dejado unas 49.000 casas dañadas y ha paralizado el mercado energético de Texas. El 40 por ciento de la capacidad de refinado estadounidense se ha visto afectado. Se estima que la factura de “Harvey” ascenderá a miles de millones de dólares, lo que le convierte en uno de los cincos huracanes más caros de la historia de Estados Unidos. El coste en vidas humanas podría superar la treintena.