Rusia ha dado un hachazo a la libertad de internet este miércoles con la entrada en vigor de la ley que prohíbe el uso de las redes virtuales privadas, también conocidas como VPN, una tecnología que permite guardar el anonimato mientras se navega por la red. Aprobada por el presidente Putin a finales de julio, la normativa obliga a los proveedores de Internet a bloquear los sitios web que alojen estas herramientas.
Su propósito oficial es restringir el acceso a páginas de “contenido ilegal”, como pueden ser los sitios afines al yihadismo, pero, en la práctica, puede ser utilizada para restringir el acceso anónimo a páginas críticas con el Kremlin. A cuatro meses de la celebración de elecciones presidenciales, la prohibición del uso de las VPN dificultará que los votantes puedan informarse sin temor a ser identificados en sitios que cuestionan la autoridad de Putin.