Procedente de Filipinas donde participó en la cumbre de la ASEAN, el secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, realizó este miércoles una visita de apenas unas horas a Birmania para reunirse con las autoridades del país.
Durante su encuentro con la jefa de facto del gobierno, Aung San Suu Kyi, Tillerson descartó imponer sanciones a Birmania por la crisis de los rohinyás pero exigió que se investiguen, de manera “independiente” y “eficaz”, los abusos cometidos contra esta minoría musulmana.
La Premio Nobel de la Paz insistió ante el jefe de la diplomacia estadounidense en que la violencia se soluciona con el respeto de la ley y la confianza en la justicia.
La crisis de los ronhinyás comenzó el pasado mes de agosto cuando un grupo de rebeldes atacó varios puestos de policía en el Estado de Rakáin.
La violencia desatada por esos ataques y la respuesta de los militares birmanos hicieron huir, según Naciones Unidas, a más de 600 000 rohinyás al vecino Bangladés.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos ha calificado esta crisis de “limpieza étnica”.
