En diez días, tres paquete bomba han explotado en Austin, Texas, matando a dos personas y dejando otros dos heridos. Las autoridades temen que sean ataques racistas.
PUBLICIDADUn viento de pánico recorre Austin, la capital de Texas, tras la explosión en los últimos diez días de tres paquetes bomba que ha dejado dos muertos y dos heridos. Ataques que se teme tengan un carácter racista.
El primer paquete explotó el 2 de marzo, matando a un hombre negro. Otra detonación segó la vida el lunes pasado a un chico de 17 años y dejó herida a una mujer, ambos también afroamericanos. La última víctima ha sido una mujer hispana de 75 años, que se encuentra gravemente herida.
"Sabemos que dos de las casas en las que recibieron esos paquetes pertenecen a afroamericanos por lo que no podemos descartar que se trate de delitos de odio, pero tampoco podemos asegurar que esa sea la causa", dijo en rueda de prensa Brian Manley, jefe de policía de Austin.
La policía busca cámaras y testigos que hayan visto a la persona que dejó los explosivos. Los paquetes, sin ningún distintivo particular, eran depositados durante la noche junto a las casas.
Estos ataques coinciden con la celebración en Austin de South by Southwest, un gran festival cultural que cada año atrae a la ciudad a medio millón de personas.
