Fue condenado en 2015 a cuatro años de cárcel, pero no llegó a cumplir su pena. Fue uno de los encargados de apropiarse y gestionar el dinero y bienes de los internos en el campo de concentración nazi.
PUBLICIDADOskar Gröning, 96 años, había sido condenado en 2015 a cuatro años de cárcel por complicidad en el asesinato de 300.000 judíos. Pero falleció en el hospital sin haber pisado la prisión por estar esperando el perdón de la pena por motivos de salud tras varios recursos denegados.
Este exmiembro de las SS trabajó en el campo de exterminio que los nazis establecieron en Polonia durante la Ocupación entre 1942 y 1945. No tomó parte en ningún asesinato, pero era uno de los encargados de apropiarse y gestionar el dinero y enseres de quienes llegaban al complejo.
Durante el juicio Gröning reconoció su complicidad moral con los asesinatos, de los que dijo haber sido plenamente consciente y pidió perdón a supervivientes y familiares de las víctimas.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Gröning estuvo en un campo de internamiento británico, para más tarde ser contable en una fábrica de vidrio. Se había abierto un caso contra él en 1977, que quedó sobreseído once años más tarde.
Oskar Gröning forma parte del grupo de ancianos nazis que han respondido de sus actos ante los tribunales más de setenta años después del fin del genocidio nazi.