300 familias se han reunido el sábado en la frontera entre México y EE.UU. gracias al encuentro "Abrazos, no muros", organizado por quinta vez por la Red Fronteriza de los Derechos Humanos.
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300 familias se han reunido el sábado en la frontera entre México y EE.UU. gracias al encuentro "Abrazos, no muros", organizado por quinta vez por la Red Fronteriza de los Derechos Humanos sobre el Río Bravo que divide Juárez del El Paso.
Familias divididas desde hace mucho tiempo, como la de Marcelino Pizarro, de 36 años y con 5 hijos, que llevaba 6 años sin ver a los suyos y que madrugó esta mañana para acudir a este encuentro excepcional: "Hay que aprovechar estos momentos al máximo. Vale la pena estar aquí desde temprano".
El encuentro además se hace eco de críticas contra las políticas migratorias del Gobierno de Estados Unidos.
"Al poner muros, lo único que logran es dividirnos más, dice Soledad Pizarro, hermana de Marcelino. Eso es lo que están haciendo con tanta gente que está allá sin papeles. Están dividiendo familias y muchos niños se quedan solos, crecen sin sus padres. Y eso está muy mal."
Las familias tienen solo tres minutos para abrazarse. Olivia Mendoza habla de sentimientos encontrados al volver a abrazar a su madre.
"Tenía ganas de abrazarla. Ya me siento más a gusto pues la abracé. Ella me decía que se iba a morir sin volverme a ver"
Apurando cada minuto y sin saber cuando podrán volver a verse cientos de mexicanos se fundieron en un acuchón colectivo pidiendo más abrazos y menos muros.