Irlanda se pronuncia en referéndum sobre el aborto

La delicada cuestión del aborto del llega a las urnas en Irlanda. Cerca de tres millones y medio de votantes deciden este viernes en referéndum si quieren o no que se suprima de la Constitución una enmienda que protege expresamente la vida del no nacido.
Esta enmienda ha hecho que la legislación irlandesa sea una de las más restrictivas de Europa, pues solo contempla la interrupción de embarazo en circunstancias excepcionales, entre las que no se incluyen ni el incesto ni la violación ni las malformaciones del feto. Las mujeres que abortan y los profesionales que las ayudan pueden ser castigados con penas de hasta 14 años de cárcel.
El Gobierno del Fine Gael ha impulsado este referéndum con la intención de redactar detrás una nueva legislación menos dura y más acorde con la de otros países de la Unión, que contemple la posibilidad de abortar en las 12 primeras semanas de gestación y en las 24 primeras semanas en casos excepcionales.
Los principales partidos de la oposición apoyan al ejecutivo, al igual que los grupos defensores de los derechos humanos y la mayoría de los colectivos médicos. En contra están la poderosa Iglesia católica irlandesa y los grupos provida.
El debate previo al referéndum ha sido ampasionante y, por momentos, tenso. Las posturas están muy enfrentadas y la sociedad, dividida. Las encuestas señalaban una ventaja de los partidarios de la reforma, pero en el último mes la diferencia se ha ido reduciendo.
Esta consulta llega tres años después de la legislación, también por referéndum, sobre el matrimonio homosexual, que supuso un auténtico seísmo cultural en el país. Ambos debates, sobre el aborto y sobre el matrimonio homosexual, se consideran el reflejo de una menor influencia de la iglesia católica en la sociedad irlandesa.