En el Mundial hay una amplia gama de uniformes para los aficionados: algunos llevan camisetas, otros se envuelven en la bandera de su país. Y otros, como los croatas, visten gorras de waterpolo.
En el Mundial hay una amplia gama de uniformes para mostrar la afición: algunos llevan camisetas, otros se envuelven en la bandera de su país. Y otros, como los croatas, visten gorros de waterpolo.
En 2016, en la Liga Europea de la UEFA, el defensa croata Vedran Ćorluka se vio incapaz de jugar en un partido contra la República Checa después de sufrir una considerable herida en la cabeza que no dejaba de sangrar en el primer partido contra Turquía. Así que durante la segunda mitad del partido, Corluka se puso un gorro de waterpolo con los colores de Croacia para parar la hemorragia, y así nació el movimiento en la afición.
Como en muchos países balcánicos, el waterpolo es un deporte popular en Croacia. En 2012, el país se proclamó campeón olímpico y, en 2017, venció a Hungría y se adjudicó el título mundial masculino de waterpolo.
El gorro fue obsequiado por el jugador de waterpolo y medallista olímpico Paulo Obradović al médico del equipo croata Boris Nemec, que había tratado Obradović anteriormente. Al fisioterapeuta croata Nderim Redžaj se le ocurrió la idea de usar la gorra para tapar la herida de Ćorluka.
La foto de Ćorluka jugando con el gorro está expuesta en el museo del fútbol de la UEFA.
