El discurso de Boris Johnson ha sido como la película de los Cazafantasmas, mucha promoción, gente esperando las escenas de acción, pero al final un poco decepcionante para el público
PUBLICIDADEl discurso de Boris Johnson ha sido como la película de los Cazafantasmas, mucha promoción, gente esperando las escenas de acción, pero al final un poco decepcionante para el público.
Boris Johnson había estado bastante silencioso desde que enviara su punzante carta de dimisión la semana pasada, contratando incluso a un fotógrafo para que inmortalizara el momento en el que firmaba.
Después tuvo ese extraño respaldo del presidente Trump, e incluso ayer hasta se llegó a sentar en la misma silla que Geoffrey Howe dio su discurso de dimisión en 1990, criticando a Margaret Thatcher.
Todos pensaron que habría un reto de liderazgo pero al final Boris parece haberse desinflado. Fue un discurso inusual en él, sin ninguna bomba, sin bromas. Criticó duramente el plan para el Brexit de la Primera Ministra, pero no la criticó a ella. De hecho la elogió diciendo que había sido valiente y fuerte durante las negociaciones. Sus declaraciones sorprendieron tanto a algunos de los ministros hasta el punto que llegaron a exclamar ¿y eso es todo?