El norte de Europa se achicharra. De Noruega a Francia, del Reino Unido a Alemania, los termómetros siguen disparados. La gente aguanta como puede el inédito bochorno, con temperaturas récord, así como una gran sequía y multitud de incendios.
¡Vaya bochorno! Todo el hemisferio norte sigue soportando como puede una excepcional ola de calor, que está fundiendo los termómetros, en especial, en el norte de Europa.
El Reino Unido, que batió la semana pasado todos los récords, registró aún este jueves 34 grados en pleno centro de Londres. Los campos verdes de la campiña inglesa amarillean agostados por la falta de lluvia, que no ha caido de forma consecuente desde finales de mayo.
Entretanto, en Alemania se han superado los 38 grados, con mínimas que, en algunos puntos, no han bajado de los 20, poniendo a prueba la resistencia germana y disparando la compra de ventiladores y aires acondicionados.
En Suecia, que sufre un verano aciago de incendios forestales, se han superado los 32 grados, en Noruega, los 33, al igual que en la Laponia finlandesa. ¡Y qué me dicen de los más de 30 registrados a la altura del círculo polar ártico!
Más al sur, en Francia, el calor también aprieta. Buena parte del país está en alerta. El consumo de electricidad y la contaminación por ozono se han disparado. Mientras tanto, la vecina Bélgica vive su peor sequía en más de dos siglos.
Olvidemos las formas. Cuando el calor aprieta, lo mejor es remangar el vestido y ponerse a remojo. Ver también: [Olas de calor cada vez más frecuentes en Europa](Ver también: Olas de calor cada vez más frecuentes en Europa)