El Museo Nacional de Brasil cumplía 200 años este 2018. Hoy, más de 20 millones de piezas que se encontraban en su interior podrían no ser más que cenizas. Estos son algunos de los tesoros que estaban dentro del museo durante el voraz incendio.
El Museo Nacional de Brasil cumplía 200 años de historia este 2018. Hoy, más de 20 millones de valiosas piezas que se encontraban en su interior podrían no ser más que cenizas.
Fundado en 1818 por Juan VI, rey de Portugal, el Museo Nacional de Brasil sirvió primero de palacio real, después de residencia a la familia imperial brasileña, y finalmente se convirtió en uno de los museos más importantes de historia natural y ciencias humanas de todo América.
Todavía se desconocen las causas del incendio que arrasó con las instalaciones este domingo. Y aunque todavía no se sabe con certeza a cuanto se elevarán los daños, lo que sucedió significa una pérdida histórica, y no solo para Brasil, sino para el mundo entero.
“Se perdieron 200 años de trabajo, investigación y conocimiento", lamentó el presidente Michel Temer después del incendio.
Desde su creación, el Museo Nacional de Río de Janeiro buscó fomentar la investigación científica en Brasil. Muchas de sus salas estaban ocupadas por investigadores y laboratorios, y en el Huerto Botánico se encontraba la biblioteca científica más grande de la ciudad. No se han reportado víctimas, ya que se encontraba cerrado al público cuando sucedió el desastre.
El Museo contaba con uno de los mayores acervos de todo el continente: animales disecados, ejemplares botánicos, minerales, insectos, momias egipcias y sudamericanas, piezas de arte egipcio, fósiles, utensilios indígenas, artefactos greco-romanos, meteoritos e incluso esqueletos de dinosauros.
Durante el incendio se han perdido muchas piezas irremplazables y de valor incalculable. Estos son algunos de los tesoros que se encontraban en su interior cuando el museo ardió en llamas.
1. El meteorito Bendegó
Este meteorito de 5.260 kg, fue el segundo más grande del mundo en el momento de su descubrimiento. Fue encontrado en 1784 por un niño que pastaba ganado cerca de la ciudad de Monte Santo, Bahía. Estaba en exposición desde 1888 y nunca se encontró otro meteorito del mismo tamaño en suelo brasileño. Se cree que descansó miles de años antes de ser encontrado.
2. Momias y artefactos de la era precolombina
El museo también se hizo conocido por su colección de momias precolombinas, una de las más grandes de América Latina.
Entre ellas se podía contemplar la momia de un indio Aymara, originario de la zona del Lago Titicaca entre Perú y Bolivia. Su cabeza había sido deformada intencionalmente por motivos religiosos o estéticos, según las tradiciones de algunas comunidades de la región.
Otra momia que destacaba en sus instalaciones era un hombre encontrado al norte de Chile, en el desierto de Atacama, con un gorro de llama. Los restos se encontraron en excelente estado debido al clima árido de la región.
El museo también exponía alrededor de 1.800 artefactos fabricados por diferentes culturas amerindias.
3. Maxakalisaurus topai, el dinosaurio encontrado en Minas Gerais
El Museo Nacional también contaba con esqueletos de dinosaurios, incluyendo el del Maxakalisaurus topai, descubierto en la región de Minas Gerais. Era uno de los principales atractivos del museo y tenía su propia sala.
Se trataba de la primera réplica de un dinosaurio de su tamaño en el país: un herbívoro de 9 toneladas y 13 metros de largo, que vivió hace unos 80 millones de años en la región del Triángulo Minero.
4. Luzia, "la mujer más vieja de América"
El museo también albergaba a Luzia, el mayor tesoro arqueológico de Brasil y el fósil humano más antiguo del continente.
Fue descubierta en 1974 y se le calculaba más de 11 mil años, lo que la convertía en el esqueleto humano más antiguo del continente y en "la mujer más vieja de América".
La mujer tenía entre 20 y 25 años cuando murió y pertenecía a una de las primeras poblaciones de Brasil.
5. Fósiles del perezoso gigante y del tigre diente de sable
Entre la gran colección de fósiles del museo también se encontraban los fósiles del perezoso gigante (Megatherium) y del tigre de diente de sable (Smilodon), pertenecientes al período de la megafauna.
6. La biblioteca científica más grande de Río de Janeiro
La Biblioteca Central, creada en 1863 y asociada a la Universidad Federal de Rio de Janeiro (UFRJ), era una de las más importantes en ciencias antropológicas y naturales de América Latina. Contaba con más de 500 mil obras, algunas de ellas muy raras.
7. Una gran colección de fósiles, conchas, corales, mariposas e insectos
El Museo nacional también poseía uno de los acervos paleontológicos más importantes del continente, dividido en paleobotánica, paleoinvertebrados y paleovertebrados.
También destacaba su gran colección de conchas, corales, mariposas e insectos.
8. Momias egipcias y la mayor colección de arte egipcio de América Latina
El museo también tenía diferentes tipos de momias egipcias, desde adultos y niños hasta animales, la mayoría originarias de la región de Tebas.
Una de las atracciones que más atraía visitantes era la momia Sha-Amun-en-su.
De la misma manera, la colección arqueológica era muy importante, ya que contaba con más de 700 piezas, lo que la convertía en la más grande de Latinoamérica.
9. Una de las mayores colecciones de arqueología clásica en América Latina
El museo contaba igualmente con una colección de 750 piezas de las civilizaciones griega, romana, italiana y etrusca. Se la consideraba como una de las mayores colecciones de arqueología clásica en esta parte del continente.
10. Numerosos artefactos de etnias de la Amazonia
Sus instalaciones también tenían una gran colección de artefactos que relataban de cierta manera la ocupación de los portugueses, en especial en la Amazonia y en el centro de Brasil.
Era el caso por ejemplo de esta mascara, que marcaba la iniciación de las jóvenes indígenas del pueblo Tikuna.