La aeronave fue derribada por un misil antiaéreo sirio, que repelía un ataque israelí. Moscú acusa al ejército hebreo de haber usado el aparato como escudo. Amenaza con represalias, aunque el presidente Putin se muestra conciliador. Israel responsabiliza de lo ocurrido a Siria e Irán.
PUBLICIDADRusia culpa a Israel del derribo de uno de sus aviones IL-20, que causó la muerte de los quince militares a bordo.
El turbohélice ruso fue abatido por un misil antiaéreo sirio en la noche del lunes activado para repeler el ataque de cuatro F16 israelíes en la provincia siria de Latakia.
Moscú acusa a Israel de haber utilizado premeditadamente como escudo protector a la aeronave rusa, que regresaba a su base en esta región, y de haber comunicado solo con un minuto de antelación sus planes de ataque, lo que impidió su retirada a tiempo.
IGOR KONASHENKOV, Portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia:
"Vemos la provocación de Israel como un acto de hostilidad. Como resultado de las acciones irresponsables del ejército israelí, fallecieron quince militares rusos. Esto no se corresponde en absoluto con el espíritu de colaboración ruso-israelí. Nos reservamos el derecho de tomar medidas proporcionales en respuesta".
Mientras se especula con el cese de la cooperación de inteligencia entre ambos países como una posible respuesta, el presidente Vladímir Putin ha querido rebajar la tensión refiriéndose a una cadena de trágicas y azarosas circunstancias.
Israel, por su parte, ha asegurado que el objetivo de su ataque era un sistema de fabricación de armamento. Lamenta la muerte de los militares rusos, pero culpa al ejército sirio y a sus aliados Irán y Hezbolá de lo ocurrido.