Las autoridades marroquíes continúan justificando los desplazamientos forzados regulares de migrantes dentro de su territorio como parte de la lucha contra la inmigración ilegal. Asociaciones y ONG hablan de retenciones ilegales.
PUBLICIDADEn este campamento de Casablanca, pisar suelo español ha dejado de ser la prioridad por unos días. Lo más urgente ahora es reconstruir la zona devastada por un incendio de origen desconocido.
Es la tercera vez desde julio del año pasado que el fuego deja sin pertenencias a parte de los 6.000 africanos que el Gobierno marroquí trasladó a esta ciudad para impedir que crucen a España.
James llegó a Marruecos procedente de Sierra Leona hace nueve meses por la frontera argelina: "Este es el lugar donde vivimos. No es fácil para nosotros, se lo aseguro. Solo buscamos nuestra posperidad"
Cuenta que los vecinos de Ouled Ziane quieren que los migrantes se vayan del barrio y están dispuestos a todo para conseguirlo. Mientras, sobreviven gracias a limosnas: "Cuando la gente nos da dinero no es fácil, afirma, pero damos gracias a Dios por estar vivos. Los que no han pasado por esto no pueden juzgar. No queremos mendigar, pero nos ven mendigando y piensan que es lo que queremos hacer"
Como a muchos de sus compañeros de infortunio, las autoridades marroquíes interceptaron a James en Tánger.
Asegura que algunos de sus "hermanos" habían conseguido algo de dinero para pagar a los contrabandistas la travesía a España. Pero el fuego ha acabado con todo. Los 14 kilómetros que les separan de la Unión Europea se les antojan ahora más largos que nunca.