La exsecretaria general claudica por la presión debida a sus conversaciones con el excomisario José Manuel Villarejo pero sin arrepentirse de nada
Punto final pero sin mea culpa. María Dolores de Cospedal pone fin a una carrera política de veinte años con la renuncia a su escaño en el Congreso. Lo hace tan solo dos días después de abandonar la Ejecutiva de su formación bajó presión del presidente del Partido Popular, Pablo Casado, La exsecretaria general no ha podido soportar el escándalo de sus conversaciones en 2009 con el excomisario ahora encarcelado, José Manuel Villarejo. En ellas se pedía la intervención de este para minimizar los efectos del caso Gurtel que afectaba al PP. En su comunicado, Cospedal no muestra ningún signo de arrepentimiento y admite tener la conciencia tranquila.
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