La ultraderecha da al PP la llave del Gobierno andaluz. Vox renuncia a algunas de sus exigencias más polémicas, como derogar la violencia de género, pero condiciona su apoyo parlamentario a que el Partido Popular haga suyas algunas de sus medidas, como eliminar la ley de memoria histórica.
PUBLICIDADEl vuelco político en Andalucía, de la mano de la ultraderecha, ya es un hecho. Juanma Moreno será el primer presidente conservador tras 36 años de ininterrumpido poder socialista. Un vuelco posible gracias a un acuerdo de gobierno entre el Partido Popular y Ciudadanos, y un segundo acuerdo, de apoyo parlamentario, entre el Partido popular y el partido de ultraderecha Vox, que por primera vez en la historia de la democracia española se convierte en clave en términos políticos.
En su acuerdo con el PP, Vox renuncia a algunas de sus propuestas más polémicas, como la derogación de la ley de violencia de género, pero consigue el compromiso de los populares de evitar decisiones que favorezcan el llamado "efecto llamada" de los inmigrantes y de sustituir la ley autonómica de memoria histórica por una de "concordia", entre otras medidas.
"Hoy pierden las leyes liberticidas. Hoy pierde la inmigración ilegal. Hoy pierde la corrupción. Hoy pierden los chiringuitos. Hoy pierde la administración paralela. Y hoy ganan los andaluces, gana el empleo, gana la defensa de la familia", proclamó Javier Ortega Smith, secretario general de Vox tras el anuncio del pacto.
Ciudadanos advierte de que el acuerdo con Vox "no podrá vincular al Gobierno"
El líder de Ciudadanos, Juan Marín, que será vicepresidente en el futuro Gobierno, ha advertido de que ese acuerdo no podrá vincular, en ningún momento, ni al ejecutivo ni a la junta de Andalucía.
El Partido Popular y Ciudadanos reúnen 47 escaños de los 109 del Parlamento andaluz, por lo que necesitan el apoyo de los 12 diputados de Vox, los primeros conseguidos por la formación radical de Santiago Abascal en España.
