Los 'chalecos amarillos', que protestan contra la política económica y fiscal del Gobierno francés, persisten en su empeño. 84.000 personas han participado este sábado en las movilizaciones, según los datos oficiales.
PUBLICIDAD84.000 personas han participado en las manifestaciones convocadas en Francia por los chalecos amarillos, que protestan contra la política económica y fiscal del Gobierno francés.
Según fuentes del ministerio del Interior se han practicado más de 200 detenciones en el conjunto del país.
En París, la movilización ha transcurrido sin incidentes graves pese a algunos enfrentamientos aislados entre los manifestantes y la policía.
"Macron todavía dijo que los franceses no sabían hacer un esfuerzo. Creo que va demasiado lejos en sus discursos", explicaba uno de los participantes. "Ellos (los miembros del Gobierno francés) no están al mismo nivel que los chalecos amarillos, viven en su mundo, en su sistema, el del engaño, el de sacar provecho, y no van a cambiar porque no conocen otra cosa. Y para nosotros es lo mismo, no conocemos otra cosa que la miseria o sea que somos los mejores enemigos", señalaba otro.
En otras ciudades como Nantes, Nîmes, Burdeos, o Toulouse se han producido disturbios con daños en el mobiliario urbano.
El noveno acto de protesta de los chalecos amarillos ha puesto de manifiesto que el descontento persiste y que las movilizaciones vuelven a cobrar amplitud.
Varios periodistas han sido objeto de agresiones e insultos en París, Rouen y Toulon. El ministro del Interior, Christophe Castaner, a través de su cuenta de Twitter ha dicho: "En nuestra democracia, la prensa es libre. En nuestra República, la libertad de informar es inalienable. Violentar a los periodistas, es atentar contra ambas. Tendrán que rendir cuentas ante la justicia".
Todo a tres días para el inicio del gran debate nacional planteado por el presidente Macron como una oportunidad para conocer la opinión de los franceses sobre la situación del país.
Desde el inicio de las protestas de los chalecos amarillos, contra la política económica y fiscal del Gobierno francés, diez personas han muerto en diversos incidentes.