En un pueblo de la Dordoña, Eymet, de poco más de dos mil quinientos habitantes cientos de jubilados británicos no están tranquilos. La posibilidad de un Brexit sin acuerdo les tiene pendientes de un hilo.
En este pueblo de la Dordoña, Eymet, de poco más de dos mil quinientos habitantes cientos de jubilados británicos no están tranquilos. La ausencia del acuerdo sobre un Brexit pactado les tiene pendientes de un hilo.
Trás el mostrador de su café Adrian Cattermole muestra su hartazgo: "En lo personal, aquí lo único que preocupa a la gente de Eymet es el tipo de cambio, ya que si se derrumba debido a un Brexit duro, el dinero que les transfieren desde Gran Bretaña se verá muy afectado".
Mientras el 29 de marzo se acerca unos confian en que Gran Bretaña termine quedándose en una unión aduanera con la UE, otros incluso esperan un cada vez más improbable segundo referéndum que revierta por completo la decisión de abandonar la UE.
Maura Mc Guirk, ciudadana británica que acaba de emigrar a Francia para abrir una casa de huéspedes lo ve así: "Si no hay libertad de movimiento, y demora mucho tiempo poner las cosas en su lugar para permitir que los británicos viajen desde y hacia Europa, eso pone todo patas arriba. Así que antes de que no pudiéramos venir, nos hemos adelantado".
Durante décadas, los jubilados británicos han acudido en masa a la región de Dordoña. Hoy esperan seguir igual, pase lo que pase con el Brexit.