El huracán ha perdido fuerza, pasando a categoría dos, aunque crece sus dimensiones. Ha causado muerte y destrucción en Bahamas, mientras el sur de Florida, preparado para lo peor, parece haberse librado de sus efectos.
Dorian pierde potencia pero crece en tamaño rumbo a las costas de Florida.
El considerado como segundo huracán más fuerte del que se tienen datos ha pasado de categoría a dos, con vientos de 175 kilómetros por hora.
Llegó hasta a la cinco a su devastador paso por las islas Abaco y Gran Bahama . El 60 % de la superficie de esta última ha quedado sumergida.
Se habla de al menos cinco muertos, que podrían ser cientos, según algunas fuentes.
En estas imágenes, literalmente con el agua al cuello, la familia de un fotógrafo de prensa huye de las inundaciones intentando salvar a sus perros.
Guardacostas estadounidenses rescatan a gente atrapada en los tejados.
La Cruz Roja calcula que casi la mitad de las casas de estas islas, en las que viven setenta mil personas, han sido destruidas o han sufrido graves daños. La ONU calcula que unas 60.000 personas necesitarán comida.
Mientras los guardacostas rescatan a gente atrapada en los tejados, salen las primeras ayudas desde Nasáu.
Y después de tanta alarma, los habitantes del sur de Florida respiran aliviados al ver que el huracán pasará de largo. Este miércoles continuará hacia el norte en paralelo a la costa, antes de amenazar el litoral de Georgia y Carolina del Sur. Un millón de personas habían recibido órdenes de evacuación.
Ahora además en el Atlántico hay otro fenómeno preocupante: una depresión tropical surgida en el Golfo de Méxic.
La crueldad de Dorian parece muy lejana visto desde la estación espacial internacional.
