El reelegido presidente Iohannis aboga por adelantar los comicios parlamentarios a la próxima primavera para conseguir una mayoría que desbanque a los socialdemócratas.
PUBLICIDADLa reelección el pasado domingo del europeísta Klaus Iohannis como presidente de Rumanía ya está remodelando el escenario político de este país. Los liberales, que apoyaron a Iohannis durante la campaña, planean construir una nueva mayoría en un Parlamento todavía dominado por los socialdemócratas y sus aliados.
Tras la moción de censura del pasado mes de octubre y las nuevas elecciones Rumanía cuenta ahora con un gabinete minoritario de derechas, y para Iohannis solo hay una manera de desbloquear la situación: "Quiero una nueva mayoría parlamentaria, una mayoría proeuropea que este compuesta por partidos democráticos que entiendan las necesidades de Rumanía y de los rumanos, que promueva una política abierta, europeísta y moderna. Y creo que sería una buena idea aspirar a unas elecciones anticipadas en la próxima primavera", anunciaba el presidente.
La alianza formada por Unión Salvar Rumanía y Plus, afiliada al grupo europeo Renovar Europa, se inclina también a favor de unas nuevas elecciones, como confirmaba su presidente Dan Barna: "El Parlamento nacional está exactamente igual que hace tres años", recuerda Barna, "nada cambió. Y esta mayoría no es apta para generar reformas en Rumanía, eso está claro. Por eso declaramos que es necesario que haya elecciones anticipadas".
La apuesta fallida del PSD
Desde las elecciones parlamentarias de 2016 y durante toda la reciente campaña electoral, los socialdemócratas se apoyaron en un discurso nacionalista y una actitud antieuropea que no pareció reportarles ningún beneficio. Su candidata presidencial, la ex primera ministra Viorica Dăncilă, fue derrotada con contundencia en la segunda vuelta, viéndose obligada a dimitir de su puesto al frente del PSD, que apostaba por reformarse y volver a la senda proeuropea.
"Antes de hablar con Bruselas, creo que demostramos a todo el mundo que el Partido Socialdemócrata reconocía los muchos errores cometidos a lo largo del tiempo", defendía ante la prensa el presidente interino del PSD, Marcel Ciolacu, "y que no convocábamos una reunión ejecutiva para tomar decisiones por el mero hecho de hacerlo".
Durante los últimos tres años y bajo los sucesivos gobiernos, los dirigentes del Partido Socialdemócrata han tratado de aplicar reformas legales que en verdad dificultan la persecución de los delitos de corrupción y que socababan seriamente la independencia del poder judicial, lo que les acarreó serias críticas tanto desde Bruselas como desde Estados Unidos, además de multitudiarias manifestaciones de una población que, muy probalemente, volverá a las urnas en breve.