Rumanía acude a las urnas este domingo entre las promesas anticorrupción y el miedo a la austeridad.
Con un mensaje anticorrupción, el conservador Klaus Iohannis busca este domingo su reelección como presidente de Rumanía frente a la ex primera ministra socialdemócrata Viorica Dancila, que acusa a su rival de planear recortes de salarios y políticas de austeridad.
Aunque parte como favorito en esta segunda vuelta, Iohannis ha cosechado muchas críticas, incluso de su propio campo por rechazar repetidamente la invitación de la candidata socialdemócrata a participar en un debate.
El tercero en liza, el liberal Dan Barna comparte con el actual presidente el discurso reformista y hostil al Partido Social Demócrata (PSD) de Dancila, que llega a las urnas después de que su Gobierno fuera destituido por una moción de censura el pasado octubre.
Bajo el lema "Por una Rumanía normal", Iohannis se ha comprometido reparar los daños que, afirma, ha causado a la Administración publica el nepotismo y la corrupción de la que acusa al PSD.
También promete revertir los cambios legales impulsados por el PSD que redujeron las penas y los plazos de prescripción de algunos delitos de corrupción.
Los rumanos que votan desde el extranjero han empezado ya a depositar sus papeletas. Según los expertos, su participación en la primera vuelta marcó un récord que favoreció al centro-derecha.