Un día después de la segunda manifestación en Francia contra la reforma de las pensiones, los sindicatos del país siguen en pie de guerra
PUBLICIDADUn día después de que el Gobierno francés revelase sus reformas de las pensiones, los sindicatos del país siguen en pie de guerra. Algunos están de acuerdo con un sistema de pensiones universal, pero creen que tal y como está planteada la actual remodelación, los trabajadores se verán obligados a trabajar más tiempo.
"Queremos un sistema de pensión universal, pero queremos un sistema justo y rechazamos que la gente trabaje más tiempo, lo que es realmente injusto y afectará en primer lugar al trabajador más débil", explicaba durante una entrevista en televisión Laurent Berger, del sindicato.
El sindicato CFDT no quiere esta edad de equilibrio a los 64 años, por lo que estará en la calle el próximo 17 de diciembre junto al sindicato Force Ouvrière, que denuncia todo el proyecto, y considera que la versión del Gobierno de que la reforma beneficiará a las mujeres es sesgada.
"El gobierno dice que la reforma beneficiará parcialmente a las mujeres, pero no, en realidad compensarán lo que el sistema degradará a las mujeres en el futuro...”, explicaba Yves Veyrier, líder del sindicato FO.
Para los sindicatos del Gobierno, las propuestas del Primer Ministro son simplemente nulas. Piden ser recibidos por el Primer Ministro y tienen intención de aumentar sus acciones...
El primer ministro, por su parte se dirigió así a todos los sindicatos: "Si los interlocutores sociales, los sindicatos y las organizaciones patronales, que creen en el sistema universal, se ponen de acuerdo sobre el camino que llevará al equilibrio, la trayectoria y las herramientas, lo tomaré, no hay problema, hago mías sus propuestas. Pero no puedo decirles a los franceses: habrá más, habrá nuevos derechos sociales y habrá nuevos derechos sociales y lo más probable es que haya un equilibrio, probablemente habrá equilibrio, nos aseguraremos de que lo haya porque el equilibrio es importante, pero no voy a decirles cómo lo vamos a hacer, porque es imposible".
El proyecto de ley debe estar listo "a finales de año", presentado al Consejo de Ministros el 22 de enero y debatido en el Parlamento a finales de febrero. Pero el juego está lejos de terminar, la calle puede tener la última palabra.