La humedad y las altas temperaturas en el sur de Francia, son el cóctel explosivo que coincidiendo con la época estival, puede desencadenar un gran incendio forestal. El trabajo de los vigías resulta indispensable tanto en la prevención como en la extinción.
PUBLICIDADEstamos en el sur de Francia, en los alrededores de Marsella.
La humedad y las altas temperaturas en esta región son el cóctel explosivo, que coincidiendo con la época estival, puede desencadenar un gran incendio forestal.
El papel de los hombres y mujeres, que trabajan en estas torres de vigilancia, resulta indispensable para prevenir cualquier eventualidad.
"Ellos son los ojos de los bomberos, el primer eslabón de toda una cadena operativa que se pone en marcha desde que la más mínima humareda se observa, se ve, se detecta y se comunica a nuestro centro operativo", explica el responsable del Servicio Departamental de Incendio y Socorro en la zona, Vincent Pastor.
La relación con los bomberos, listos para intervenir en cualquier momento, es estrecha.
"Mi trabajo es observar el horizonte, detectar cualquier indicio de fuego", señala la vigía forestal, Camille Mollier.
"Aquí está la torre de vigía de l'Arbois. Y de hecho, respecto a cualquier inicio de un fuego, o humo sospechoso, nos ayudamos de una regla para orientarnos geográficamente, situando el humo", comenta otro de los vigías, Cyprien Schaffner.
El objetivo es evitar un incendio como el registrado el 10 de agosto de 2016.
11 heridos, 19 casas destruidas y 3.000 hectáreas pasto de las llamas, en una zona densamente urbanizada.