Mientras Francia lo aprueba, Hungría no aprecia en él ningún avance. Europarlamentarios de Renew Europe ven potencial racismo en el sistema.
PUBLICIDADPrimeras reacciones al Pacto Migratorio y de Asilo presentado este miércoles por la Comisión Europea.
Mientras que el Gobierno francés lo considera una reforma urgente y necesaria, el primer ministro húngaro Viktor Orbán, adalid contra la inmigración, no ve en él ningún avance.
¿Un pacto con el diablo?
A europarlamentarios del grupo de partidos liberales Renew Europe les preocupa precisamente un potencial criterio racista en la elección de quién se queda y quién se va.
"Estoy muy preocupado con esta idea de patrocinar los regresos en la que una potencial ala derechista o un Gobierno autocrático pueden elegir las nacionalidades de los que son retornados a sus países de origen", comenta el europarlamentario irlandés Barry Andrews. "Se puede ver un potencial pacto con el diablo entre Gobiernos autocráticos en ambos lados de este tipo de acuerdos en los que puede que se identifiquen nacionalidades basándose en su religión. Y ese tipo de perfiles raciales no tiene lugar, a mi modo de ver, en un acuerdo que incluye el término solidaridad".
Sistema flexible de acogida o retorno
El pacto europeo plantea un sistema flexible en el que cada Estado miembro puede acoger imigrantes o patrocinar el regreso a sus países de origen.
Entre otras medidas para frenar la inmigración ilegal, se incluye un procedimiento de asilo y de retorno en las fronteras más rápido y un mecanismo actualizado que impida desplazamientos no autorizados entre países.