Joe Biden prepara una de las transiciones de poder más tensas que se recuerdan en Washington

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En paz con Dios y con los hombres... Joe Biden, que será el segundo presidente católico de la historia de Estados Unidos, comenzó asistiendo a misa la mañana posterior a la proclamación de su victoria en las elecciones presidenciales. Su equipo trabaja ya en una de las transiciones de poder más tensas que se recuerdan en la Casa Blanca. El presidente electo quiere enfocar sus primeras medidas en la lucha contra la pandemia de la COVID-19, que ha dejado más de 237.000 muertos en el país, y en reconciliar una nación más polarizada que nunca. Una transición fluida ayudaría bastante, pero Donald Trump se niega a reconocer su derrota:

"Comenzaremos nuestro trabajo con la puesta bajo control de la pandemia de la COVID-19. El lunes nombraré a un grupo de destacados científicos y expertos como asesores de transición para darle forma al plan Biden-Harris contra la COVID y convertirlo en un plan real que comenzará el 20 de enero de 2021", afirmó el sábado durante el discurso de proclamación de la victoria.

Dos meses y medio que pueden convertirse en un quebradero de cabeza para los equipos de transición si el mandatario saliente persiste en su actitud y en su negativa a reconocer su derrota. Hay quien teme que Trump, que este domingo volvió a jugar al golf, ponga todas las trabas legales posibles y alguna más para entorpecer el traspaso de poderes. 

En uno de sus famosos tuits, ha atacado a la prensa, a la que acusa de estar ayudando a Biden: "¿Desde cuándo los medios de comunicación tradicionales proclaman a quién será nuestro próximo presidente? ¡Todos hemos aprendido mucho en las últimas dos semanas!", sentencia.

Unos hoyos más tarde, el mandatario saliente volvía a disparar, en este caso contra el Partido Demócrata, al que ha vuelto a acusar sin pruebas que le ha robado las elecciones. "Creemos que esa gente son ladrones. Las máquinas de la gran ciudad está corruptas". "El mejor encuestador de Gran Bretaña", asegura, ha dicho que "es imposible imaginar que Biden superara a Obama en algunos de estos estados".

Los analistas coinciden en que la huella del Trumpismo permanecerá durante mucho tiempo y algunos auguran el inicio de dos meses de ajustes de cuentas en La Casa Blanca. Hay quien da por hecho el despido del reputado epidemiólogo Anthony Fauci, quien tuvo más de un encontronazo con el presidente por su polémica gestión de la pandemia.