El río Tíber en Roma fue un año más escenario de espectaculares saltos.
PUBLICIDADUno de enero, en muchos países, significa chapuzón obligado. Por ejemplo, en Italia, donde el río Tíber se convirtió en escenario de los espectaculares saltos de varios valientes a los que ni siquiera el frío de estos días pudo detener. En el agua esperaban los pacientes bomberos por lo que pudiera suceder.
"Es una hermosa tradición, e incluso estas tradiciones deben ser respetadas", decía rodeado de bomberos Maurizio Palmulli, veterano saltador, en su 33 salto al río Tíber. "Siguiendo las restricciones impuestas por la actual situación hemos adelantado dos horas los saltos para evitar aglomeraciones. Así que mis mejores deseos para Roma, para Italia y para el mundo entero".
En Portugal, varias docenas de personas, algunas disfrazadas y otras prácticamente sin nada encima se enfrentaron a su vez al frío mar de Lisboa: "Es una forma de empezar el año nuevo manteniendo a raya todos los virus que existen, es como un extra para este año, así no enfermaremos", contaba orgullosa una bañista.
En la Haya, Holanda, miles de personas tambien hicieron frente a las bajas temperaturas con su primer baño del año, y a pesar de que el evento en sí había sido cancelado. Otros compatriotas, por su parte, optaron por una opción más comoda aunque igual de fría, el chapuzón casero, compartido por muchos a través de las redes. Porque los tiempos pueden cambiar, pero las tradiciones permanecen.