La compañía ha visto descender drásticamente el número de pasajeros desde la irrupción del coronavirus y las consiguientes restricciones y normas.
PUBLICIDADFrancia está dispuesta y preparada para ayudar a Eurostar. La reciente llamada de socorro de la compañía ferroviaria encargada de unir Londres con París y Bruselas a través del Canal de la Mancha, parece haber surgido efecto después de que el Estado francés haya asegurado estar trabajando ya en una solución que salve al emblemático tren. Eurostar se ha visto fuertemente afectado tanto por las restricciones de movilidad del COVID-19 como por el Brexit.
"Hoy sólo tenemos un viaje de ida y vuelta que circula entre Londres y París, y otro que circula entre Londres y Bruselas, y esos trenes van al 10 por ciento de su capacidad. La situación es muy complicada", confirmaba el director general de la Sociedad Nacional de Ferrocarriles Franceses, Jean-Pierre Farandou en France Inter.
Farandou recordaba también que "ya se inyectó dinero para tratar de superar esta mala fase y ahora mismo los Gobiernos francés y británico se encuentran en conversaciones, ya que ambos están implicados".
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Y es que la responsabilidad de salvar Eurostar recae en varios protagonistas a la vez. La SNCF posee el 55 por ciento de las acciones, mientras que otro 40 por ciento pertenece al consorcio privado anglo-canadiense Patina Rail, en el que están tanto la Caja de Ahorros y Depósitos de Quebec como el fondo británico Hermes Infraestructure. El cinco por ciento restante es propiedad de los ferrocarriles belgas.
Eurostar solicitaba recientemente al Gobierno británico la misma ayuda económica que este sí había concedido a distintas compañías aéreas, e incluso el pasado lunes 28 líderes empresariales londinenses mostraban públicamente su apoyo a las peticiones de la ferroviaria.
El servicio de trenes a través del Canal de la Mancha ha sufrido desde marzo de 2020 un descenso en el número de pasajeros del 95 por ciento, pasando de decenas de viajes cada día a tan solo dos. Las restricciones, aún vigentes en 2021, no ayudan tampoco a que la situación remonte y ponen en serio peligro la existencia de uno de los grandes símbolos de unión entre el Reino Unido y Europa que aún permanece en marcha.