Este sábado, Austria, Suiza y Rumanía, protagonizan nuevas concentraciones contra las medidas sanitarias impuestas para frenar la COVID-19. En Francia, activistas por la igualdad social recubren una estación de metro para exponer los daños colaterales de la pandemia.
PUBLICIDADEl descontento por las medidas sanitarias sacudió a Viena este sábado. Decenas de manifestantes se enfrentaron a las fuerzas del orden cuando no se les permitió el acceso al centro de la ciudad para continuar la protesta. Exigían la dimisión del canciller Sebastian Kurz y el cese de las restricciones impuestas por la COVID-19.
Simultáneamente, En Suiza, la policía disolvía una pequeña protesta no autorizada en el Cantón de Uri. Eran negacionistas del coronavirus que rechazaban abandonar las calles a pesar de estar prohibidas las concentraciones públicas. Tras varias horas de tensos intercambios con la policía, la manifestación fue disuelta antes de caer la tarde.
En Bucarest, la capital de Rumanía, la historia se repetía. Cientos de personas salieron a protestar contra las restricciones aplicadas por el Gobierno.
Bajo el grito de "libertad", los manifestantes condenaban el toque de queda y el cierre de negocios.
Pero el malestar no solo está en la calles rumanas, en el Hospital Ortopédico Foisor de Bucarest, decenas de pacientes fueron trasladados o dados de alta para hacer espacio a los pacientes de COVID, tal y como el gobierno lo había decretado para aliviar a los otros hospitales capitalinos.
Y en París, activistas de ATTAC recubrieron las paredes de una estación de metro para exponer la creciente desigualdad causada por la pandemia. Reclaman impuestos para los ricos.