Es un negocio que mueve millones (830 en 2019 en solo una semana) y atrae a decenas de miles de turistas
PUBLICIDADVestido, mascarilla y a recorrer las calles en el arranque de la "no Feria de Abril". Los sevillanos no perdonaron la celebración del "pescaíto" este sábado a pesar de las restricciones del coronavirus.
La región del sur de España vuelve a estar en riesgo extremo por su elevado número de contagios, obligando a cerrar el recinto habitual de la famosa Feria. Pero la celebración se ha trasladado a las terrazas de los bares, abarrotadas en la semana grande de Andalucía. Eso sí, solo hasta las ocho de la tarde.
"Para los que nos vestimos de flamenca, nos pasamos todo el año preparando lo que vamos a llevar, dónde vamos a ir, qué vamos a hacer. Es un evento para disfrutar con la familia, con la gente que viene de fuera. Los negocios y la economía de la ciudad dependen mucho de este evento y es frustrante, es frustrante", dice una cantaora de flamenco.
No había casetas pero sí rebujito, flores y muchas ganas de pasarlo bien.
Aunque a los bailes se une la decepción de perder por segunda vez el que para muchos es el evento del año. Y también la incertidumbre económica que supone para los negocios relacionados con la Feria.
Negocios en ruina y pérdida de empleo
Una estudiante cuenta que le entristece mucho la situación, "pero no es sólo el sentimiento. Desde el punto de vista del trabajo, hay mucha gente que vive de esto. Me entristece mucho porque vivo la feria con intensidad desde el principio hasta el final, desde la mañana hasta la noche."
Las flamencas se preparan durante meses para lucir los vestidos típicos. Un negocio que mueve millones (830 en 2019 en solo una semana) y atrae a decenas de miles de turistas.
La cancelación de la Feria por segundo año consecutivo amenaza con una destrucción de empleo sin precedentes en la región.