Desde principios de agosto, el pase sanitario será necesario también en bares, restaurantes, grandes centros comerciales, hospitales, residencias de ancianos, establecimientos médico-sociales, así como para viajar en avión, tren y autobús para viajes de larga distancia.
PUBLICIDADFrancia impone el pase sanitario. Desde este miércoles es obligatorio para entrar en lugares culturales y de ocio con más de 50 personas.
A partir de ahora para disfrutar de un museo, una obra de teatro o una película en pantalla grande habrá que presentar el certificado de vacunación o una prueba negativa de COVID-19.
Desde principios de agosto, el pase sanitario se extenderá a bares, restaurantes, grandes centros comerciales, hospitales, residencias de ancianos, establecimientos médico-sociales, así como para viajar en avión, tren y autobús para viajes de larga distancia.
Estas nuevas medidas llegan cuando Francia está experimentando un aumento de casos sin precedentes.
El ministro de Sanidad francés, Olivier Véran, insiste en que la vacuna es la mejor arma para vencer al virus: _"Ayer tuvimos 18.000 contagios en 24 horas. Esto significa que nos enfrentamos a un aumento en la circulación del virus de alrededor del 150% en una semana. _Sí, tenemos un arma: la vacunación. Sí, tenemos vacunas".
Fiestas sin control en Mallorca
Mientras, en lugares como la isla española de Mallorca hay quienes se comportan como si no existiera la pandemia.
Cada noche, miles de jóvenes, muchos venidos de Alemania o los Países Bajos, se reúnen en la playa para celebrar fiestas, sin mascarillas ni distancia social.
La policía interviene dos veces cada noche, pero los jóvenes vuelven a la playa en cuanto desaparecen los agentes.
Los lugareños lo viven mal. Denuncian comportamientos que sus protagonistas no se atreverían a tener en sus propios países. Creen que las fronteras se han abierto demasiado rápido y que Mallorca se ha convertido en una isla llena de locos.