A pesar de que los ministros acordaron acelerar la transición ecológica, no lograron ponerse de acuerdo en asuntos como la eliminación de los subsidios a los combustibles fósiles o la limitación de las emisiones de CO2.
La cumbre del G20 del Medioambiente ha puesto el listón demasiado alto. A pesar de que los ministros acordaron acelerar la transición ecológica, no lograron ponerse de acuerdo en asuntos como la eliminación de los subsidios a los combustibles fósiles o la limitación de las emisiones de CO2.
La reunión que tuvo lugar este viernes en la ciudad italiana de Nápoles al parecer tampoco terminó en los mejores términos. El ministro italiano de Transición Ecológica, Roberto Cingolani, tuvo que retrasar su comparecencia de conclusión por las tensiones entre los países.
"Hemos tenido que suspender las reuniones en varias ocasiones y hablar con cada uno" de los países que se oponían, subrayó Cingolani, pero destacó que de los 60 de puntos de la agenda, se llegó a un acuerdo político sobre 58.
El enviado especial de Estados Unidos para el Clima, John Kerry, explicó que esto ocurrió debido a la negativa de Arabia Saudí, China, India y Rusia a asumir compromisos vinculantes para mantener la temperatura mundial en este siglo a 1,5 grados.
Tampoco se llegó a entendimiento sobre otro punto que quería la presidencia italiana de turno del G20: que estas economías se sumaran al objetivo ambicioso que persigue la Unión Europea (UE) de lograr una disminución del 55 % para 2030 con respecto a los niveles de 1990.
Sí se encontraron puntos en común en otras áreas como fomentar las finanzas "verdes", apostar por una economía más inclusiva y sostenible, o apostar cada vez más por las energías renovables.