Su reciente operación de colon y sus problemas de movilidad disparan los rumores sobre su posible retirada. ¿Pero cómo encajaría Bergoglio en la jerarquía vaticana después de la marcha de su predecesor Ratzinger ?
El papa Francisco insiste en que no piensa dimitir. Pero los rumores sobre su precaria salud tras la operación de este verano preocupan mucho en Roma y en el Vaticano.
Hablamos con el experto en asuntos vaticanos Francesco Antonio Grana.
Las dificultades motoras
"Ciertamente, cualquiera puede ver sus dificultades motoras. Esto es evidente. Pero ya las habíamos visto antes de la operación de colon. Su cadera derecha ha estado esperando durante años una prótesis que no es probable que llegue después de la operación del cuatro de julio. Hace poco reveló que que le habían quitado 33 centímetros de intestino. Y para un hombre de 85 años, eso supone una dieta muy estricta".
Aunque el retiro voluntario, al menos por el momento, parece lejano, sigue en el aire la pregunta sobre qué hacer si Bergoglio quiere dar un paso atrás, como hizo en su momento su predecesor, Benedicto XVI.
Un problema no resuelto de la Iglesia católica
La figura del papa emérito es un problema no resuelto para la Santa Sede. Solo hay dos casos en la historia de la Iglesia católica.
"Seguramente, la figura de papa emérito puede ser normalizada", comenta Grana. "Pero es difícil hacerlo con un papa emérito vivo porque sería una ley contra personam, contra Ratzinger. También es difícil hacerlo porque entonces se dispararían otra vez los rumores de que Bergoglio está listo para dimitir".
Salvo en el caso de Juan Pablo II, el estado de salud de los sucesores de San Pedro ha sido siempre un secreto guardado bajo siete llaves. Pero en este caso, el deterioro físico del papa argentino preocupa también por los grandes retos a los que se enfrenta su pontificado.