Unos cuantos amigos, un proyector y como pantalla la persiana de cierre de una tienda. No hace falta mucho para recrear la magia del cine, pero hacerlo en una calle de Milán y ponerla a disposición de todos es una iniciativa audaz en estos tiempos de pandemia...
PUBLICIDADUnos cuantos amigos, un proyector y como pantalla la persiana de cierre de una tienda. No hace falta mucho para recrear la magia del cine, pero hacerlo en una calle de Milán y ponerla a disposición de todos es una iniciativa audaz en estos tiempos de pandemia:
- "Después de dos años de cierres, quería encontrarme con todo el mundo en la calle, sin toques de queda ni limitaciones. Es una forma de romper las barreras", explica Lorenzo Alliata Nobili, un joven estudiante que está detrás de la iniciativa.
La idea es sencilla y la organización real de las veladas de cine al aire libre tampoco es difícil: todo el mundo se moviliza para ayudar, aportando comida, bebidas, el equipo técnico... y el bar cercano proporciona electricidad y sillas: lo que importa es simplemente reunirse y disfrutar viendo una película juntos.
"Hay muchas formas de luchar contra las consecuencias de la pandemia de Covid-19 y recuperar la posibilidad de llevar una vida normal. Este joven cinéfilo encontró una forma bastante inusual -aunque romántica- de hacerlo. Decidió llevar el cine a la gente, en la calle, y permitirles socializar y estar juntos de nuevo", nos cuenta nuestro corresponsal en Milán Luca Palamara.
- "Era una noche cualquiera, estábamos sentados en un bar y, no recuerdo bien, pero queríamos ver una película. Estábamos a punto de irnos a casa a verla, pero entonces no teníamos ganas de irnos a casa todavía y a Lorenzo se le ocurrió coger su proyector de casa y pedirle al dueño del bar que le dejara usar un enchufe", cuenta Luca Lubrini, miembro del grupo inicial del que surgió la idea.
Muchos transeúntes se detenían atraídos por el haz de luz proyectado sobre la persiana. Unos se unieron al grupo. Y lo que era sólo una forma diferente de pasar el rato para unos pocos amigos, se convirtió en otra cosa.
- "Los jóvenes sentimos la necesidad de encontrarnos en la calle, de hablar entre nosotros y de tener por fin una vida normal, una vida hecha de relaciones humanas reales, en lugar de reuniones de Zoom y películas en streaming", añade Lorenzo Alliata Nobili.
En cartelera, varios clásicos la comedia italiana del siglo pasado, películas cargadas de magia que durante unos minutos permiten olvidar estos tiempos difíciles.