Tenía 19 años, era sirio, y murió en el bosque tras cruzar la frontera desde Bielorrusia a Polonia, donde temen que no sea el útlimo.
Este lunes se celebró en Polonia el funeral de uno de los migrantes que murió al intentar cruzar la frontera desde Bielorrusia. El joven sirio de 19 años fue enterrado aquí, en el pueblecito musulmán tártaro de Bohoniki, cerca de la frontera.
Fue un día triste para los vecinos que se temen que otros acaben en el cementerio si la crisis no mejora.
Según las autoridades fronterizas polacas, hay unas tres mil quinientas personas atascadas en la frontera de Bielorrusia, país al que acusan de intentar forzarlas a pasar la valla.
Y de hecho, los periodistas llevan dos días recogiendo testimonios de migrantes que aseguran que se habían repartido herramientos para que cortaran la valla e incluso gases lacrimógenos para usarlos contra las fuerzas de seguridad polacas.
Así que, aunque no hay visibilidad aquí sobre lo que está pasando exactamente, aparte de lo que circula en los medios y redes sociales, se especula con una posible tormenta en la frontera, que algunas personas me han dicho que temen que pueda acabar en, cito, una masacre. Por otro lado, también crece la incredulidad de que alguna de las partes pueda dejar que eso ocurra. Ahora la cuestión es cómo, cuándo y quién lo evitará. Lo único en lo que todo el mundo está de acuerdo es en que el tiempo se acaba.
