Sacos con sobres del voto por correo de las elecciones húngaras del 3 de abril aparecen tirados en un vertedero cerca de Târgu Mures, en Transilvania. Una región de Rumanía donde vive la mayor parte de la minoría húngara en este país. Algunas papeletas están parcialmente quemadas.
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Sacos con sobres del voto por correo de las elecciones húngaras del 3 de abril aparecen tirados en un vertedero cerca de Târgu Mures, en Transilvania. Una región de Rumanía donde vive la mayor parte de la minoría húngara en este país. Algunos están parcialmente quemadas.
La derecha de Viktor Orbán y la oposición se culpan mutuamente del fraude electoral.
Las papeletas localizadas eran votos de opositores al partido del gobierno.
Los nacionales húngaros étnicos que viven en los países vecinos pueden votar por correo.
Los húngaros que viven en países occidentales tienen que votar en embajadas y consulados.
Un sistema criticado por la oposición y por ONGs por ser muy vulnerable al fraude.
La coalición opositora acusó al partido del gobierno de fraude electoral. Richárd Barabás, portavoz del partido Diálogo por Hungría explicó: "Por supuesto, sabíamos que Fidesz, Unión Cívica hÚngara, estaba corrompiendo y subvirtiendo la democracia, pero esta es la primera vez que vemos pruebas explícitas de que está humillando y explotando a los húngaros que viven más allá de la frontera, utilizándolos como herramientas políticas".
El candidato de la oposición a primer ministro, Péter Márki-Zay,, exige la anulación inmediata de los votos por correo de fuera de las fronteras húngaras.