Suiza, el país de los búnkeres | Hay refugios antiatómicos suficientes para acoger a toda la población. Cada municipio tiene el suyo y también muchas residencias, una peculiaridad que la guerra en Ucrania ha vuelto interesante
En Suiza no solo hay chocolate, relojes y bancos. La existencia de innumerables búnkeres y refugios nucleares, con capacidad para albergar a todos los habitantes del país ha pasado de ser una peculiaridad helvética a convertirse en una decisión estratégica que llama poderosamente la atención en el contexto de la invasión rusa de Ucrania.
"En la actualidad, este sistema de refugios tiene sentido -opina Marie-Claude North-Eoeur, responsable de seguridad civil del cantón de Valais-. Hubo un momento en el que las Cámaras Federales querían eliminar los refugios, pero ocurrió el desastre de Fukushima. Y nos dimos cuenta de que hay centrales nucleares en Suiza y en muchos lugares de Europa y que los refugios eran útiles. Fueron diseñados con ese objetivo y pienso que debemos conservarlos. Con lo que está pasando en el mundo, debemos mantenerlos en estado de funcionamiento".
Desde los años 60, todos los municipios suizos han construido búnkeres nucleares para sus residentes. Los refugios también son obligatorios en casas y edificios a partir de un cierto tamaño.
Estos espacio subterráneos fueron a menudo utilizados como almacenes o bodegas, pero que ahora se observan desde un nuevo ángulo.