Los inspectores del Organismo Internacional de Energía Atómica llegan a la central nuclear de Zaporiyia sin saber muy bien con lo que se van a encontrar. Ucrania informado de que la central, bajo control ruso, ha desconectado uno de sus reactores tras registrarse bombardeos en los alrededores.
PUBLICIDADUna misión plagada de incógnitas. Los inspectores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) llegan a la central nuclear de Zaporiyia sin saber muy bien con lo que se van a encontrar. La mañana del jueves, Ucrania informaba de que la central, bajo control ruso, ha desconectado uno de sus reactores tras registrarse bombardeos en zonas colidantes.
"Tenemos una misión muy importante que cumplir", decía Rafael Grossi, el Director General de la OIEA. "Como saben, vamos a comenzar rápidamente a comprobar las condiciones de seguridad de la central. Vamos a ponernos inmediatamente en contacto y cons ultar con los trabajadores del complejo".
La situación en torno a la mayor central nuclear de Europa y tercera del mundo en potencia preocupa también al Director General del Comité Internacional de la Cruz Roja, quien ha reconocido que la institución no podría proporcionar asistencia humanitaria en caso de accidente nuclear.
"Es hora de dejar de jugar con fuego y tomar medidas concretas para proteger estas y otras instalaciones de cualquier operación militar",decía Robert Mardini en Ginebra, Suiza.
Este jueves Ucrania volvió a denunciar ataques rusos de artillería junto a la central y en el corredor que los observadores debían utilizar para acceder a ella. Rusia por su parte acusó a Ucrania de actos de sabotaje dentro el complejo nuclear. Acusaciones mutuas no confirmadas por ninguna fuente independente.