Migrantes venezolanos esperan desesperadamente una respuesta para poder entrar en Estados Unidos
PUBLICIDADEntrar legalmente a Estados Unidos siendo venezolano no es tarea fácil.
Tras ponerse en marcha el nuevo programa para migrantes venezolanos del Departamento de Seguridad Nacional, 1 700 han sido expulsados a México, dejando a muchos en la calle, a la espera de una respuesta.
A partir de ahora los migrantes venezolanos que quieran entrar en el país norteamericano deberán obtener un patrocinador que respalde su petición y les brinde apoyo financiero.
Además deberán pasar unos estrictos controles de seguridad nacional y seguridad pública y presentar un certificado que demuestre que tienen una serie de vacunas y otros requisitos de salud pública.
Los venezolanos que fueron expulsados de EE.UU. en los últimos cinco años, que cruzaron la frontera del país de manera ilegal después del anuncio y que cruzaron de manera irregular a Panamá o a México después del lanzamiento de este plan, no serán eligibles.
Por el momento, el Gobierno estadounidense ha concedido 24 000 visas. Los que se han quedado fuera del grupo, sienten que su sueño se ha roto. Es el caso de José Cuicas.
El plan se inició el 12 de octubre, con el objetivo de regular el tránsito de migrantes ilegales a través de la frontera con México. Sin embargo, los observadores han señalado que el número de visados ofrecidos es minúsculo en comparación con la demanda.
Según fuentes oficiales mexicanas, el viernes se estaban procesando 7 500 solicitudes y los primeros 100 venezolanos habían sido aprobados para volar.
Muchos solicitantes de visa han iniciado ya el proceso de migración, endeudándose y alejándose de sus familias. Para Edgardo Leal, volver a Venezuela, un país que atraviesa una devastadora crisis económica y política que ha expulsado a más de 7 millones de personas del país, no es una opción.
"Estoy endeudado y, ¿Qué voy a hacer en Venezuela? Si no hay trabajo, no hay nada..." se lamenta.
En Ciudad de México, grupos de venezolanos circulan entre los albergues y las oficinas de la agencia mexicana de asilo, durmiendo en la calle, a la espera de iniciar sus trámites.