Acostumbrados a las sirenas de alarma y a los ataques del invasor ruso, muchos residentes de la capital reanudaron rápidamente sus actividades cotidianas en la zona atacada en la mañana del jueves.
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Ucrania ha vivido en la madrugada de este jueves uno de los bombardeos rusos más intensos de las últimas semanas.
En la imagen que abre este artículo, varios misiles disparados desde la región rusa de Belgorod podían verse al amanecer desde Járkov, en Ucrania.
La capital ucraniana, Kiev, no se libró de los ataques rusos.
Como en ocasiones anteriores, muchos habitantes de Kiev reaccionaron a las sirenas de alarma buscando refugio en las estaciones subterráneas de la red de metro de la capital.
Varios fragmentos de misiles rusos cayeron cerca de un edificio de viviendas. En el lugar de los hechos, los bomberos extinguieron las llamas, mientras que la policía estableció un perímetro de seguridad.
Detrás del cordón de seguridad, los habitantes de Kiev debatían sobre lo sucedido y esperaban permiso para pasar y reanudar la vida cotidiana, empañada por los ataques rusos desde hace más de un año.
En varios edificios eran visibles los daños causados por los ataques perpetrados al amanecer y por en mañana del jueves en la capital ucraniana.
Acostumbrados a las sirenas de alarma y a los ataques del invasor ruso, muchos residentes de la capital reanudaron rápidamente sus actividades cotidianas en la zona atacada en la mañana del jueves.
Tras la última oleada de ataques, alrededor del 40% de la población de la capital se quedó sin calefacción, según las autoridades locales.