Su exilio se ha convertido en la crisis de refugiados más prolongada del mundo
Se conmemora el 75º aniversario de la Nakba, este 15 de mayo.
Nakba, que significa catástrofe en árabe, evoca el éxodo de al menos 750 000 palestinos que se vieron obligados a dejar sus hogares tras la creación del Estado de Israel en 1948.
Perdieron, entonces todas sus antiguas posesiones así como el derecho a poder a regresar.
Su exilio se ha convertido en la crisis de refugiados más prolongada del mundo, que afecta a países vecinos como Jordania o el Líbano, país este último donde sus derechos están restringidos.
Mensaje de las Iglesias de Tierra Santa "por una paz justa y duradera"
Con motivo de la Nakba, los Patriarcas y Jefes de las Iglesias de Jerusalén instaron a "luchar por una paz justa y duradera" en la región.
"Reconociendo la conmemoración de nuestras comunidades del 75 aniversario de la "Nakba" junto al resto de los palestinos, los Jefes de las Iglesias de Jerusalén reiteran el llamado de las Iglesias a luchar por una paz justa y duradera para nuestra tierra, la Tierra Santa", escribieron los líderes eclesiásticos en un comunicado.
"Les recordamos a todos que la paz sólo puede lograrse cuando hay equidad y respeto por los derechos humanos y la ley internacional", resaltaron los líderes religiosos cristianos.
Piden también que se intensifiquen los esfuerzos para "lograr una paz permanente y justa en la región, sobre la base de la legitimidad internacional y las resoluciones de las Naciones Unidas" que contemplan, entre otros puntos, el derecho al regreso de los refugiados palestinos que Israel no reconoce.
Por otra parte, los líderes cristianos hicieron un llamado a la comunidad internacional para que "desempeñe un papel más importante en el apoyo a la protección" de sus comunidades en Tierra Santa y en la preservación de los lugares santos.
La mención a la protección de los cristianos en Tierra Santa sigue a una serie de advertencias por parte de las Iglesias sobre el aumento de la violencia contra sus comunidades, tras registrarse insultos al clero, agresiones físicas a seminaristas, vandalismo en lugares de culto e interrupciones violentas de procesiones, muchos de ellos por parte de colonos judíos en Jerusalén este ocupado.