Un santuario para mantener en lugar seguro a la majestuosa especie local: el órix árabe, y una edificación perfectamente diseñada para asimilar el hábitat de dos grandes pandas, Thuraya y Suhail; son parte de las acciones de Catar para la conservación de la fauna salvaje.
PUBLICIDADEn Catar son varios los esfuerzos de conservación para proteger a los animales vulnerables. El santuario de Al Maha es un espacio seguro para la majestuosa especie local: el órix árabe.
Este animal habitó gran parte de la península arábiga, hasta que estuvo al borde de la extinción en los años setenta. En el santuario de Al Maha sabremos más sobre el plan de reintroducción de este animal a su hábitat natural.
Y a 50 kilómetros al norte de Doha, se encuentra la Casa del Panda. Este es un recinto que alberga a dos residentes: Thuraya y Suhail, que fueron regalados a Catar desde un centro de conservación de China. Otro proyecto que busca crear un ambiente sostenible para la conservación de esta tan apreciada especie de pandas.
Un santuario seguro para la especie local
La reserva de fauna salvaje, gestionada por el Gobierno, está a 30 minutos en coche al oeste de Doha, y es el espacio para mantener la especie local de Órix. El veterinano Andrea Dogliero dice que hay entre 3.000 y 3.500 órix árabes bajo su vigilancia en el santuario de Al Maha. Y unos 18.000 repartidos por todo el país.
"La hembra órix tiene un periodo de gestación de casi nueve meses; por lo tanto, no puede tener más de una cría en un año. Y supongo que los antiguos cazadores solían cazar cientos de órices. El órix simplemente no es capaz de mantenerse con ese ritmo de caza", cuenta Idmour Merza, Médico Veterinario, Santuario Al Maha.
Hace 50 años, el órix fue declarada extinta en estado salvaje, y fue necesario un plan internacional de conservación: ‘la Operación Órix’, para reintroducir la especie de forma segura, en una población silvestre controlada.
"Tenemos que seleccionar algunos órix que sean capaces de sobrevivir en libertad, sin interacción humana", explica Andrea Dogliero, médico veterinario del santuario Al Maha.
Devolver al Órix a su espacio natural
Según nos explica Andrea Dogliero, el objetivo de este país, como de todo Oriente Medio, es que el órix árabe, este animal simbólico, vuelva a la naturaleza, porque no tiene sentido seguir criándolos.
Al principio, estaba en peligro crítico porque se había extinguido de la naturaleza, pero ahora sólo es vulnerable porque hay demasiados órix en cautividad.
Muchas cosas han cambiado desde la última vez que el órix vagó libremente en la década de 1970. Además de las comidas y el agua habituales, también se les vacuna contra enfermedades comunes entre los animales domésticos.
"Estos animales, aunque sean salvajes o semisalvajes, son muy susceptibles al estrés. Si se les hace correr demasiado, desarrollan lo que llamamos miopatía por estrés; y en realidad se recuperan bastante bien si no comprometemos su sistema inmunitario", explica Idmour.
Los médicos esperan poder retirar algún día la medicación a los órix y que estos animales tranquilos y pacíficos puedan valerse por sí mismos. Y así también mostrar a esta majestuosa criatura, a aquellos niños que nunca han visto un Órix.
¡Coge una cámara y viajemos!
‘Coge una cámara y viajemos’: este es el lema del fotógrafo catarí Hamad AlKhulaifi. Se dedica tanto a documentar animales, que a menudo pasa semanas e incluso años ganándose su confianza para obtener la foto perfecta.
"Estas aves tienen una vida, una vida misteriosa en el campo. Cómo vuelan, luchan, comen, se reproducen; todas estas cosas quiero mostrarlas en una foto, para que puedas imaginar lo que está haciendo este pájaro", cuenta Hamad.
"Así, empezarás a pensar y a preguntarte sobre la historia que hay detrás de esta foto; es bueno, entonces, saber más sobre estas aves", agrega.
Una de las características importantes del trabajo de Hamad es que logra ganarse la confianza a los animales, ¿cómo lo hace?
"Hay que quedarse quieto durante unas horas, hasta que el pájaro te dé la confianza de que no le harás daño y de que no lo estás amenazando, ni le estás poniendo en peligro", explica Hamad.
PUBLICIDADMás de 400 aves migratorias en Catar
Según Hamad, Catar es un país pequeño, y estas aves vienen del norte, desde Europa, y se dirigen hacia el sur, hacia África; y Catar está de camino. Así que muchas aves vienen a Catar para invernar.
"Hace dos años, registrábamos unas 375 especies diferentes de aves, y ahora tenemos más de 400, alrededor de 425. Así que cada año observamos nuevas aves", explica Hamad.
Y para aquellos que quieran convertirse algún día en fotográfo de vida salvaje, Hamad aconseja salir para ver las diversas especies y animales que hay; no quedarse en casa, y salir a la naturaleza con cámara en mano. "Si quieres ser fotógrafo, intenta hacer algunas fotos y créeme, será increíble", finaliza.
Dos pandas gigantes que viven en Oriente Medio
A unos 50 km al norte de Doha, se encuentra el primer parque de pandas de Oriente Medio. Thuraya y Suhail, son dos pandas que fueron regalados a Catar desde un centro de conservación de China, y son los residentes de la Casa del Panda, un refugio con un entorno sostenible.
Desde la estructura del edificio hasta los recintos que alberga en su interior, los arquitectos y el equipo de cría prestaron atención a todos los detalles.
PUBLICIDAD"Como los pandas en China viven en montañas, en montañas con bosques de bambú, la Casa del Panda imita la forma de una montaña de Sichuan", cuenta Cissy Kuo, Conservadora de la Casa del Panda.
"Cuando construimos el edificio, tuvimos que asegurarnos de que podíamos regular la temperatura y cambiarla para imitar también las cuatro estaciones", agrega.
Al caminar por la Casa del Panda, lo que más llama la atención es la enorme cantidad de espacio que cada panda tiene para moverse y jugar.
"Son animales solitarios, lo que significa que viven solos en la naturaleza. Cada panda tiene su propio territorio, que es bastante grande, y no se invaden. Por eso, para mantener la naturalidad, tienen que estar separados", explica Cissy.
Sin embargo, un día al año, Suhail y Thuraya se reunirán para intentar aumentar la población de su especie.
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"La hembra de panda sólo ovula un día al año. Así que, como equipo de cría, tenemos que observar, desde el punto de vista del comportamiento, los cambios para ver cuándo es ese momento", cuenta.
La esperanza es que el éxito obtenido con los pandas gigantes allane el camino para preservar y proteger a otras especies amenazadas.