Carreteras y autopistas de Israel fueron tomadas por miles de activistas que se oponen a la controvertida reforma judicial impulsada por el gobierno.
Saltan chispas en las principales carreteras y autopistas de Israel, tomadas desde primera hora de la mañana por miles de activistas que se oponen a la controvertida reforma judicial impulsada por el gobierno.
La policía ha utilizado cañones de agua para dispersar a los participantes en esta nueva "jornada de resistencia" y ha detenido, de momento, a una veintena de personas.
La reforma elimina la facultad del Tribunal Supremo de revisar y anular las decisiones gubernamentales en función de su razonabilidad o irracionalidad. Para los organizadores de las protestas, es la propia democracia la que está en peligro.
"Ellos (gobierno) están corriendo como locos para hacer la legislación sin lograr un consenso, y al final están poniendo en riesgo a nuestro país", dice uno de los manifestantes.
"Como hombre de derechas, de opinión política, pienso y estoy convencido de que tal y como van las cosas aquí es muy malo para nosotros como democracia", opina otro.
La reactivación de las protestas masivas contra la reforma y contra el Gobierno se produce horas después de que el proyecto de ley que la contempla fuera aprobado en primera lectura por la Knesset o Parlamento israelí.
La oposición alega que la legislación está hecha a la medida de los problemas judiciales del primer ministro. Pero el conservador Benjamin Netanyahu mantiene una cómoda mayoría parlamentaria tras formar coalición con partidos de extrema derecha y ultrarreligiosos.