El ataque ruso contra Krivói Rog, ciudad natal de Zelenski, ha dejado al menos seis muertos.
PUBLICIDADJornada de duros ataques entre Rusia y Ucrania, con los civiles una vez más como lamentables víctimas. Krivói Rog, ciudad natal del presidente ucraniano Volodímir Zelenski, fue este lunes objetivo de los ataques rusos, cuyos misiles alcanzaron tanto un complejo de apartamentos como un edificio universitario.
Se sabe que hay al menos seis víctimas mortales, entre ellas una niña de 10 años, además de más de 60 heridos y atrapados bajo los escombros, lo que hace prever que el número de fallecidos vaya en aumento.
Desde Moscú, por su parte, denuncian a su vez un ataque ucraniano contra la ciudad de Donetsk, hoy por hoy bajo control ruso, que habría matado a dos civiles, dejando igualmente varios heridos. Las imágenes difundidas por la agencia estatal de noticias Ria Novasti muestran un autobús y un coche totalmente calcinados.
Las denuncias de Rusia hablan también de nuevos ataques con drones, uno de ellos en la propia capital, Moscú, contra un edificio de oficinas a escasos kilómetros del Kremlin, que reconoce la necesidad de aumentar sus medidas de protección.
"Es obvio que ya se han reforzado las medidas de seguridad, por lo que se están tomando todas las medidas posibles para organizar la protección frente al peligro continuo de ataques terroristas contra objetivos civiles y contra el sector residencial por parte del régimen de Kiev", anunció el portavoz de la presidencia rusa, Dmitry Peskov, que recordó que "esto se aplica no sólo a Moscú, sino también a otras regiones que actualmente son objeto de tales ataques".
Si bien los atentados contra territorio ruso han sido hasta ahora son poco frecuentes, los últimos meses parecen dejar claro que estos van y pueden ir a más. Entre las medidas adoptadas por Rusia está la suspensión temporal de múltiples vuelos comerciales, o incluso el cierre del espacio aéreo moscovita.
El puente de Crimea, objetivo clave
Este mismo lunes las autoridades rusas comenzaron a instalar barreras flotantes para proteger el puente de Crimea de los ataques ucranianos. La barrera quedará desplegada en el mar de Azov a lo largo de todo el puente, de 18 kilómetros de largo.
La semana pasada, el Ejército ucraniano reivindicó finalmente la autoría de la explosión en el puente que une la anexionada península ucraniana con la Rusia continental.
Para Kiev, el ya famoso paso no es más que una "infraestructura hostil", construida al margen del Derecho internacional y convertido en un eslabón logístico crucial para el transporte de munición al Ejército ruso. "Por eso es nuestro objetivo, y cualquier objetivo que trae la guerra y no la paz, debe ser neutralizado", recalcó al respecto el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.