Mientras que España consiguió reducir el número de llegadas en un 3,3%, Italia y Grecia experimentaron un aumento del 115% y el 65% respectivamente, según cifras de ACNUR.
PUBLICIDADA principios de junio se repitió en la costa española una imagen que se repite en el Mediterráneo.
Un pequeño grupo de pescadores encontró una embarcación de migrantes con 52 personas a bordo que intentaba llegar a las Islas Canarias. A bordo viajaba una mujer embarazada que no sobrevivió a la travesía. También en las playas murcianas han llegado en los últimos días pateras con decenas de inmigrantes, una de ellas era una anciana de 86 años, según Cruz Roja.
A pesar de que las Islas Canarias reciben una media de 100 migrantes al día, España consiguió reducir el número de llegadas a nivel nacional en un 3,3%.
Esta cifra, publicada por el Ministerio del Interior, no es especialmente llamativa, pero en comparación con los vecinos europeos del país lo es.
Italia ha visto aumentar el número de llegadas en un 115% y Grecia en un 65%, según cifras de ACNUR, y sin embargo España ha visto descender el número.
Cuando la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, asumió el cargo en otoño de 2022, prometió resolver el problema de la migración de una vez por todas, pero la supuesta línea dura de Roma en materia de inmigración ha demostrado ser ineficaz para reducir la avalancha de pateras.
"Italia ha registrado el aumento más rápido en el número de llegadas, con cerca de 90.000 por mar desde principios de año, frente a las 105.000 de 2022 y las 67.500 de 2021", explica a Euronews Camille Le Coz, directora asociada del Migration Policy Institute Europe.
¿Por qué España ha reducido sus cifras?
España se convirtió en 2018 en la principal puerta de entrada de migración irregular en la UE, con un número de llegadas que se duplicó hasta las 57.000, mientras que la cifra a la UE cayó a su nivel más bajo en cinco años.
Por primera vez, el país del sur de Europa se convirtió en la ruta más utilizada por los migrantes que intentan pisar el continente.
Pero no fue el único año que batió récords. En 2020, se registró el segundo mayor número de llegadas por mar de los últimos veinte años.
Sin embargo, la tendencia ahora es a la baja. La inmigración irregular cayó casi un 70% a principios de 2023.
Las cifras fueron posibles en gran parte gracias a una fuerte caída de las llegadas desde Marruecos tras la crisis a la que se enfrentó el Gobierno español después de la tragedia de la valla de Melilla el verano pasado.
Según las autoridades marroquíes, al menos 23 subsaharianos perdieron la vida cuando intentaron asaltar la valla y entrar en territorio español.
Esto puso en tela de juicio los controles de inmigración del sur de Europa y su relación con el norte de África. Varios inmigrantes denunciaron ante los medios de comunicación españoles palizas por parte de la policía marroquí.
Desde entonces, las autoridades de Rabat han reforzado la frontera construyendo un tramo intermedio de valla de unos cientos de metros con concertinas afiladas como cuchillas.
"España mantiene desde hace tiempo una cooperación con Marruecos para evitar el cruce de fronteras. Esta asociación migratoria ha sufrido interrupciones en los últimos años, pero sigue siendo un factor importante para explicar las menores llegadas a España", afirma Le Coz.
"Sin embargo, las rutas migratorias cambian constantemente y si la ruta a través de Túnez se vuelve más complicada, peligrosa y cara -como podría ser el caso dados los esfuerzos del gobierno tunecino para frenar la migración-, más migrantes podrían tratar de cruzar a Europa a través de Marruecos", añade.
¿Es la política gubernamental la clave para frenar la migración?
En lo que respecta a los flujos migratorios, no existe una única razón que explique su aumento o disminución. Como dice la experta del Migration Policy Institute Europe, son muchos los factores que explican las llegadas a Europa.
PUBLICIDADLa gente abandona su hogar por falta de oportunidades económicas, pero también por la violencia, la discriminación y la escasa confianza en el futuro.
Los conflictos en los países de origen, las actividades de los traficantes y los peligros a lo largo de la ruta son algunos de los factores que determinan la elección del camino hacia Europa.
Pero, sin duda, las políticas gubernamentales también entran en juego.
"Las políticas migratorias influyen en estas tendencias, bien haciendo más peligrosas y caras algunas rutas, bien abriendo vías legales y dando oportunidades a los trabajadores migrantes para viajar regularmente a Europa", explica Le Coz.
En general, el número de llegadas de migrantes a través del Mediterráneo central ha disminuido, según MSF.
PUBLICIDAD"Hay un claro aumento de las interceptaciones por parte de los guardacostas libios y tunecinos. La mitad de las personas que intentaban cruzar fueron devueltas a estos países en 2018", ha señalado Raquel González, responsable de Relaciones Institucionales de MSF.
Además, "las autoridades italianas han reducido el tamaño de su zona de rescate y Frontex ha priorizado la contención sobre el rescate."